La primera novela de Isabel Allende, La casa de los espíritus narra la saga de una poderosa familia de  terratenientes latinoamericanos. El despótico patriarca Esteban Trueba ha construido con mano de hierro  un imperio privado que empieza a tambalearse con el paso del tiempo y un  entorno social explosivo. Finalmente, la decadencia personal del  patriarca arrastrará a los Trueba a una dolorosa desintegración.  Atrapados en unas dramáticas relaciones familiares, los personajes de  esta poderosa novela encarnan las tensiones sociales y espirituales de una época que abarca gran parte del siglo XX. Con impecable pulso narrativo y gran lucidez histórica, Isabel Allende  ha creado un fresco en el que conviven lo cotidiano con lo maravilloso,  el amor con la revolución y los ideales personales con la dura realidad política. La crítica ha dicho:
«Un logro único, a la vez testimonio personal y posible alegoría del  pasado, el presente y el futuro de América Latina.»
The New York Times Book Review «Una crónica fuerte y absorbente de una familia chilena, con detalles  opulentos y con un trasfondo místico... Un refinada combinación de escenarios.»
Kirkus Review «Hay muy pocos viajes más emocionantes que los realizados en la imaginación de una novelista genial. Esa experiencia está disponible en La Casa de los Espíritus de Isabel Allende...»
Cosmopolitan «La escritura de Allende es tan creativa, divertida y convincente que en  el proceso de crear una estimulante novela política también ha creado una viva y una cautivante obra de arte. Sus personajes son  fascinantemente detallados y humanos.»
People «Un cuento seductor, a veces mágico... En su tumultuosa historia de la  rebelión y el amor entre tres generaciones, es una alegoría en la que  cualquier familia debería ser capaz de reconocer un poco de sí misma.»
The Wall Street Journal «Absolutamente sorprendente. En La Casa de los Espíritus, Isabel  Allende nos ha demostrado la relación entre el pasado y el presente, la  familia y la nación, la ciudad y el país, los valores espirituales y los políticos.»
San Francisco Chronicle