Raúl Peña es plenamente consciente de sus múltiples limitaciones. Desde muy joven, le hicieron creer que jamás lo lograr¡a, que por más que se esforzara, nunca ser¡a capaz de alcanzar las metas que se propon¡a.A lo largo de Parec¡a una diosa griega, el lector se ve envuelto en una emoción profunda e inevitable al descubrir que, a veces, ni el amor de un padre ni el apoyo incondicional de los amigos pueden proteger a alguien de la crueldad con la que algunos se ensa?an, una y otra vez, con Raúl.