Acostumbrada a evaluar las vidas de los demás en sus encrucijadas máscomplejas, Fiona Maye se encuentra de golpe con que su propiaexistencia no arroja el saldo que desearía: su irreprochabletrayectoria como jueza del Tribunal Superior especializada en derechode familia ha ido arrinconando la idea de formar una propia, y sumarido, Jack, acaba de pedirle educadamente que le permita tener, alborde de la sesentena, una primera y última aventura: una de nombreMelanie. Y al mismo tiempo que Jack se va de casa, incapaz de obtenerla imposible aprobación que demandaba, a Fiona le encargan el caso deAdam Henry. Que es anormalmente maduro, y encendidamente sensible, yexhibe una belleza a juego con su mente, tan afilada como ingenua, tan preclara como romántica; pero que está, también, enfermo de leucemia. Y que, asumiendo las consecuencias últimas de la fe en que suspadres, testigos de Jehová, lo han criado, ha resuelto rechazar latransfusión que le salvaría la vida. Pero Adam aún no ha cumplido losdieciocho, y su futuro no está en sus manos, sino en las del tribunalque Fiona preside. Y Fiona lo visita en el hospital,