En las sociedades existe una tensión entre las emociones tristes y las amables. Cada país tiendehacia un lado u otro de la balanza, y esto define su identidad cultural. A veces, ese balance se hainclinado demasiado hacia los sentimientos llegando a producir discursos de odio y dogmáticos.Es el caso de España y América Latina en algunos momentos de su historia.Un ensayo necesario, que explora cómo la historia depende del temperamento de las sociedades.A través de las emociones colectivas, el autor analiza el papel que los odios han ejercido en losasuntos sociales y cómo se perpetúan en nuestras sociedades cada vez más polarizadas.