A las 3:37 de la madrugada, una llamada telefónica despierta al protagonista. Es su madre, cuya voz remueve una corriente de recuerdos profundamente enterrados que lo conducen a su niñez y adolescencia en Prerov, una pequeña ciudad industrial checa. Allí, en un entorno conservador donde se castigaba la diferencia, creció como un joven homosexual en el seno de una familia sin recursos.
Poco a poco, el narrador va desentrañando su memoria como si hojease un álbum de fotografías antiguas, buscando esos pequeños detalles que, a menudo, revelan más de lo que parece a simple vista. A lo largo de las páginas de la novela nos habla de su madre, su padre y su abuelo; del acoso escolar, el alcoholismo y de cómo afrontar una orientación sexual que se aparta de la norma. A partir de su experiencia personal, va uniendo las piezas desperdigadas de la historia colectiva de su familia; sus secretos y silencios.
Con una sensibilidad comparable a la de escritores como Édouard Louis y Ocean Vuong, Marek Torcík aborda temas universales -identidad, trauma, pertenencia- desde una perspectiva valiente