Durante los años transcurridos entre el final de la Segunda GuerraMundial y la irrupción de la televisión como medio de masas, elentretenimiento más popular entre los jóvenes de Estados Unidos fue el cómic. En los quioscos y confiterías de todo el país, centenares decabeceras competían entre sí por conquistar la atención de susposibles lectores. Su principal reclamo eran las coloridas,imaginativas, sorprendentes y, en ocasiones, brutales portadasmediante las que algunos de los artistas más destacados y singularesde la época como L. B. Cole, Matt Baker, Lee Elias, Joe Doolin, JackKirby, Don Heck, Bernard Baily y Maurice Whitman entre otros marcarona toda una generación de lectores y futuros autores. Este libro reúnemás de cuatrocientas cincuenta.